Desde el acceso al gobierno de Thatcher y Reagan, llevamos cuatro largas décadas inmersos en el neoliberalismo como corriente global de pensamiento y actuación. Las posiciones neoliberales que abanderan la libertad como principio rector se traducen en el mundo educativo en políticas de impulso de la libertad de elección de las familias, la autonomía de los centros y cierta competencia entre ellos, entendiendo que dichas políticas ayudarán al incremento de la calidad educativa en un mercado plural de ofertas.
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