Siempre he sido de aprendizajes tardíos. En mis experiencias políticas, también tardías, he ido realizando aprendizajes, a veces un poco traumáticamente, aunque fueran de manual de 1º de Ciencias Políticas. Uno de ellos ha sido el hoy día tan manejado concepto del relato, tan poco considerado por mí, y tan viejo a su vez como «El príncipe» de Maquiavelo. No importa tanto cuánto de verdad tenga tu posición, sino si has conseguido que tu relato de la realidad sea el hegemónico o que tus temas sean aquellos sobre los que obligas a girar a tus adversarios. Sigue leyendo